Wikileaks vuelve a ponerse en el candelero. La organización fundada por el polémico Julian Assange ha colgado este pasado jueves 1 de diciembre un total de 287 archivos que ha denominado The Spyfiles (los Archivos Espía) con una lista de empresas que se dedicarían a espiar y, en algunos casos, a vender tecnología a regímenes opresores.
Arropado por varios investigadores y expertos informáticos, Assange dió una rueda de prensa en Londres en donde ha explicado que la publicación de estos documentos tiene como objetivo «lanzar un ataque a la industria del espionaje», algo que según él afecta tanto a particulares como a naciones.
Los archivos mencionan a 160 empresas de 25 países que ofrecen software susceptible de espiar a la población. En España destaca Agnitio que tendría la capacidad de manipular e interceptar datos procedentes de los teléfonos móviles.
Por otro lado, la francesa Amesys habría vendido entre 2006 y 2009 la tecnología necesaria al régimen de Gadafi para espiar a sus ciudadanos, algo que explicó Jean Marc Manach, del portal francés OWNI. Todo ello con la evidente intención de espiar al grupo opositor político. Para argumentar sus afirmaciones, se mostró el manual de instrucciones publicado en 2009 por Amesys del sistema Eagle Glint, en una de cuyas páginas codificadas pudieron verse, al ser descodificados, los correos electrónicos de opositores libios, como Atia Lawgali, actual ministro de Cultura del Consejo de Transición (CNT)
Según Assange, que afirmó que varios gobiernos le han espiado (algo que parece bastante evidente a estas alturas), la solución pasa por «construir un sistema gratuito para los usuarios con el fin de contrarrestar esas actividades de espionaje«, algo en lo que actualmente trabaja su organización.
El problema toma tintes apocalípticos si se confirma que estas iniciativas de espionaje harían que cualquiera que esté en posesión de un iPhone, una Blackberry o un correo de Gmail «está vendido». Según él, se están comercializando en la actualidad programas capaces de vigilar cualquier móvil de forma remota, con utilidades capaces de tomar una foto de su dueño haciendo uso de la cámara del propio teléfono.
En los próximos días se seguirán publicando nuevos archivos, algo que seguramente no dejará indiferente a nadie, y que vuelve a traer a la palestra a la polémica organización que hasta ahora ha revelado miles de cables diplomáticos que han provocado más de un dolor de cabeza, entre otros, al todopoderoso gobierno norteamericano. Y es que pese a que WikiLeaks ha sido arrinconada y abocada a una más que probable desaparición a causa del cierre de su sistema de financiación, parece que aún le que queda algo que decir.
Wikileaks desvela empresas que hacen software para espiarnos
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