Existen muchas formas de aferrarse a una superficie, pero una de las más sencillas es aprovechar las bondades del Principio de Bernoulli. Según este, y de forma muy simplificada, cuanto más rápidamente se mueve un líquido, menos presión ejerce. En este caso se hace uso del aire como si fuera un fluido, para así conseguir que un pequeño robot pueda aprovechar el efecto «ventosa» generado.
Haciendo uso del Principio de Bernoulli, se ha conseguido producir suficiente efecto de vacío como para que un dispositivo pueda desplazarse en superficies verticales. Además, es capaz de asirse a dicha superficie (en el vídeo pueden verse de varios tipos), ¡sin llegar a tocarla nunca!
Un robot sube por una pared, ¡sin tocarla!
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