Desde hace años se viene hablando de la capacidad cerebral y de cómo utilizarla de una forma real. Mediante una serie de experimentos se ha demostrado que es posible leer la mente y hasta «actuar» sobre determinados elementos electrónicos con la sola ayuda de un interfaz que «interprete» las ondas mentales. Algunos podrían pensar que estoy hablando de la popular Ciencia de la Noética puesta tan de moda en la novela El Símbolo perdido de Dan Brown, aunque no es así.
Hace algún tiempo salió por ejemplo la noticia de un casco que permitía jugar juegos con la mente (de la firma de ingeniería Guger Electronics) así como poner en marcha muchas otras muchas aplicaciones que quizás sea posible encontrar de aquí a un futuro, como controlar el hogar con el pensamiento.
Ahora la noticia está en que ya es posible tocar música tan sólo utilizando la actividad cerebral. Detrás de este nuevo avance se encuentra el compositor y profesor de música Eduardo Miranda que ha creado un dispositivo que permite interactuar con la mente para recoger impulsos neuronales y convertirlos en música. Para ponerlo en práctica utiliza un gorro especial (llamado «EEG») con sensores que se corresponden con una serie de notas musicales. Estas se activan cuando el usuario focaliza su mente, aunque hacerlo funcionar lleva algo de tiempo para su calibración.
Los ensayos se han llevado han realizado en la Universidad de Essex, Inglaterra.
Controlar cosas con la mente… Algunos lo han tachado de fantasía y ciencia ficción. No obstante, paso a paso se ha demostrado que se está avanzando en la buena dirección, ahondando en una ciencia que aún está en pañales, pero que promete mucho.
Quien más quien menos desprestigiará estos experimentos y se burlará hablando de telekinesis, de poderes mentales, de precognición… Entonces me gusta recordar lo que decía Arthur C. Clarke: Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.
Logran componer música con la mente
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1 comentario
Madre mía, en breve tendremos las primeras Óperas cerabrales y sinfonías mentales. Igual alguien se anima a crear el primer politono mental…