Me llaman la atención nuevas tecnologías con un futuro prometedor por delante. Una de ellas es el Grafeno, un material que le ha valido el Nobel de Física a los doctores rusos Geim y Novoselov, y que apunta para convertirse en el material básico en nuestro devenir más próximo.
Se trata de una estructura laminar plana (del grosor de un átomo) cuya alta conductividad térmica y eléctrica permite velocidades de procesamiento hasta 10 veces más rápida que el silicio, amén de una elasticidad excepcional, un peso ridículo y una resistencia 200 veces superior a la del acero. Con todo ello las posibles aplicaciones son impresionantes. A continuación dejo un vídeo que muestra lo que podemos esperar de una tecnología de este calibre.
El Grafeno nos acerca al futuro
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